27.6.06

some things about me


Dado que cada vez soy más popular,
he decidido hacerme una foto seria,
como las que se hacen los escritores
para las contraportadas de sus
libros, y los que no son escritores
para ligar por internet.
Llegué a mi hogar con 2 meses, fui sacada
de la calle (todos tenemos un pasado) con
mis hermanos y llevada a un veterinario.
Nos metieron entre rejas y poco a poco se
llevaron a mis hermanos y me quedé yo sola.
Un día apareció una chica y me puse a dar
vueltas persiguiendo mi cola, una chorrada completa,
pero para parecer graciosa y que me sacara. Coló, y llegué a mi nuevo hogar donde disfruto de todo tipo de lujos.
No existen documentos gráficos de mis primeros pasos, pero debieron ser algo ASÍ.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaba tumbada



Estaba tumbada, en la penumbra del pasillo, sin luz.

Se estaba a gustito, justo por debajo pasaba el agua caliente de la calefacción.

Sentía los ruidos habituales, y los olores habituales.

Otra tarde normal, sin sorpresas.

Bueno, tengo que lavarme un poco, aprovecharé este momento de tranquilidad para hacerlo.

De repente, por encima de mi cabeza, pasó algo a gran velocidad, rebotando en las paredes, muy violentamente.

¿Qué era aquello? ¿de dónde provenía?

Fue hacia el final del pasillo y se quedó inerte en una zona de sombras.

No se movía.

Seguía sin moverse, tendría que acercarme con cuidado por si era algo peligroso o por si no lo era y se asustaba y corría a esconderse en algún sitio donde no pudiera verlo.

Me empecé a mover, todo lo despacio que podía, dando pasos muy lentos y procurando no hacer ruido sobre el piso.

Despedía un olor familiar, pero, en ese momento, no recordaba que podía ser.

Eso me tranquilizó y me dio confianza.

Aceleré ligeramente el paso y me fui aproximando cada vez más rápido.

Lo miré con desconfianza, me acerqué más y empecé a darle toquecitos.

No se movía, no reaccionaba.

¿Se habría hecho daño en la caída?

Por más que insistía, no había manera.

Empecé a sentir algo a mi espalda, otro olor conocido, cada vez más intenso.

De repente, algo enorme pasó dando una zancada sobre mi cabeza, cogió el objeto inerte y pareció insuflarle vida, consiguiendo que se desplazara rápidamente al otro lado del pasillo.

Tuve que seguirlo, al objeto, sólo por interés científico.

¿Cómo podría haber cambiado tan súbitamente de estado, de estar aparentemente muerto a moverse con esa agilidad y esa velocidad?

Tenía que adivinarlo.







Para Lana.

Anónimo dijo...

LADRONA DE PONCHOS!